domingo, 15 de diciembre de 2013

DARJEELING, EL PARAISO DEL TE


Lo que uno se imagina se tarda en ver, pero existe




Venga más mierda!!!!
En esta montaña se puede esquiar!

Cuando uno se imagina Darjeeling piensa en un lugar lleno de verde rodeado de montañas, algo así como la casa de Heidi. Más o menos es así pero no del todo. Pongámosle varias toneladas de suciedad y basura.

Llegamos a la frontera con India al medio día con la intención de desayunar algo y salir dirección Darjeeling en ese mismo momento. Al final lo que parecía que iba a ser algo sencillo se convirtió en toda una odisea que duró horas.







Primero tuvimos que presentar nuestros pasaportes en la oficina de Nepal, allí nos los sellaron y nos fuimos directamente a la siguiente oficina, la de India. Esta se encuentra al otro lado del puente. Por este puente cruzan miles de personas al día, unas andando, otras en bicicleta y otras muchas sobre un ricksaw. El paseo duró unos minutos, minutos que hicimos acompañados de Rainer, un hombre alemán de Berlín que acabábamos de conocer en la oficina de Nepal.

Lo que se ve al llegar, también existe, pero no te lo esperas


Al llegar a la oficina de India el tiempo se detuvo, todo volvía a ser como hacía unos días, cuando aún estábamos en India. En este pais se le da a todo un caracter importante que está fuera de lugar. Cuando compras algo o haces cualquier cosa todo pasa por varias personas ralentizándose todo demasiado.

Terminado el papeleo y seguimos hasta una pequeña estación de autobuses para ir a Siliguri. Esta es una pequeña población que se encunetra a una hora de la frontera, quizas algo menos.

Se supone que es desde aquí desde donde se cogen los autobuses que llevan a Darjeeling.  Antes de coger uno nos hicimos con un ticket para ir a Calcuta el día 12. Así no nos encontrábamos con las sorpresas de no hay billetes. Una vez conseguidos los billetes de sleeper bus nos pusimos a buscar autobus o medio de transporte para Darjeeling. Las guías dicen que se tarda una hora y media, pero las guías no viajan y los datos que recogen los hacen a base de preguntar a la gente y la gente no sabe. La ruta hasta Darjeeling es larga, tediosa y con curvas, como un programa de Jose Luis Moreno.
Pilar con Rainer en el 4X4 camino a Darjeeling esquivando piquetes.

En el momento en el que buscábamos un autobús alguien nos dijo que había huelga y que los caminos a Darjeeling estaban cortados. Que la única manera de ir para allá era contratando el servicio de un taxi particular, eso supone soltar pasta a casco porro. Nos pedían por el taxi pirata 2500 rupias, una locura. Así que seguimos buscando hasta que se nos acercó un tipo con cara de nepalí bastante mayor que nos ofrecía un asiento en un taxi compartido pirata por 250 rupias cada uno. Le dijimos que si pensando que tenía un taxi pero en realidad lo que tenía era tres guiris dispuestos a ir a Darjeeling.




Se puso a buscar un taxi en el que llevarnos pero nadie estaba dispuesto a hacerlo por ese precio así que buscamos y buscamos. Lo menos que aparecía era 300 INR por cabeza. Lo único que se oía era que no se sabía cuando acabaría la huelga y la gente estaba bastante agitada. Accedimos a ir por 300 INR y nos subimos en un taxi Tata 4X4 bastante nuevo. Un trasto de coche.





Rapadón total!!!!


Nos pusimos en camino tras recoger a una pareja que parecían el Majaraha y su esposa. Que pareja más estúpida y mal educada. Tiraban plásticos por la ventana y hacían pararse al conductor cuando la señorita del Maharaja lo decidía. Mantenían la ventana abierta con un frio que cortaba la piel y se negaban a cerrarla cuando le pedimos que lo hiciera. Al final la cerraron.






Cuando llevábamos media hora de camino y tras evitar a los piquetes nos vimos en una calle ancha llena de coches, en medio de un atasco. En ese momento un piquete se subió al lateral del coche y empezó a forcejear con el conductor. El resto de piquetes que se encontraban por los alrededores corrían hacia el coche. Pensamos por un momento que le ibana a dar una paliza al tipo, pero este, medio cagado, dio media vuelta y salió de allí cagado entero.




Entonces dio una vuelta de tres pares. Así hasta que apareció en el punto de partida y con el teléfono en la oreja buscaba una ruta alterntiva que nos pusiera lejos de los piquetes. Así hasta que se perdió por entre las callejuelas de polvo de Siliguri.
Cenando en Darjeeling, en el vegetariano

A base de preguntar llegamos a un rio. No por encima, por debajo, llegamos al mismo rio. El rio llevaba poca agua y era de cantos rodados. El tipo se puso en el borde del agua y nos imaginamos en  ese momento que iba a intentar cruzarlo por las bravas. Hay gente que cuando conduce un 4X4 se cree que tiene un barco y se tira por los rios a lo loco. Son esos que aparecen a los días varios kilómetros más abajo muertos y rodeados de ramas cubiertos de barro.
No es un regalo, es el coche de alguien protegiéndose de los elementos, qué lo protege de ese saco?

Si nos hubiera preguntado le habríamos dicho que no cruzara pero se tiró sin pensarlo y por suerte el rio no alcanzaba ni los diez centimetros.

Así dio otro rodeo que duró cuatro horas, entre curvas y más curvas y unos barrancos que te ponían la piel de gallina. En un momento dado se paró y nos dijo que le pagáramos y con el cabreo que yo llevaba le eché una bronca curiosa. Por supuesto que no le iba a pagar hasta que no llegáramos a nuestro destino, solo faltaba, la carretera estaba llena de piquetes que te hacían dar la vuelta y me imaginaba volviendo a Siliguri tras varias horas de ruta y sin dinero.
Mapa de Darjeeling

Le dije que le pagaba la mitad y la otra mitad al llegar, así que le di 300 INR, la mitad.
Llegamos a Darjeeling a eso de las 4:00 de la tarde. Lo primero que vimos era una ciudad en la montaña. Si, digo bien, una ciudad, con su tren, sus coches y su mogollón de gente de un lado para otro, y cuando digo montaña digo montaña, barrancos espectaculares a los que se agarraban las casas de mala manera.
Nos bajamos del coche y le pagamos el resto. Con hambre y cansadísimos tras 30 horas de viaje sin descaso que llevábamos desde Katmandú nos pusimos a buscar alojamiento. Darjeeling está lleno de hoteles pero no son precisamente baratos ya que es bastante popular entre la gente de India y extranjeros.




Encontramos una agujero de mala muerte donde seguramente se asesinaban a diario varias personas y aceptamos quedarnos allí por 500 INR. Era más de lo que estamos acostumbrados a pagar pero estábamos cansados y aceptamos aquello porque era de noche y no conocíamos la ciudad.

Una de las mejores calles, la de la comida callejera!!!!


Nos dijo el tipo del hotel que había agua caliente, lo que le costó decir es que el agua caliente te la calentaban en un cubo y luego tu te la tirabas por encima, nada de ducha ni nada por el estilo, solo un agujero en el suelo que olía a muerte y por el que seguramente paseaban las ratas por la noche. Con el ánimo por el suelo nos fuimos a cenar y de paso conocer un poco la ciudad. En ese momento descubrimos que la zona de turistas, la bonita estaba cien metros por encima de nuestras cabezas, después de un mogollón de escaleras que por supuesto subimos.

Si alguien nos hubiera ofrecido un taxi barato para volver a Siliguri nos habríamos ido en ese mismo instante. Que lugar más gris, sucio y feo que era Darjeeling.
En el templo de Mahakal

Cruzamos un mercado lleno de animales muertos, calles sucias y estrechas llenas de polvo gris y subimos centenares de escaleras y cuestas. Arriba del todo la ciudad tenía otra cara y parecía que con la luz del día sería más atractiva para nosotros. Cenamos y nos volvimos a descansar a  la guarida del Yeti, al Guest House. Hacía un frio terrible.
Este es el paisaje que vimos durante los tres días en Darjeeling, al fondo las montañas

Por la mañana asomamos la cabeza por el enorme balcón que teníamos y las montañas estaban cubiertas de una niebla densa que lo cubría todo, algo nos hacía presagiar que no veríamos otra vez el Everest como lo vimos en la carretera de Katmandú, al igual que el Kanchenjunja. No pudimos ver nada.

Del hotel chungo no hay foto,
ni ganas de hacerla hubo

Recogimos nuestras cosas por la mañana y nos fuimos a la parte alta de la ciudad. Allí encontramos un hotel un poco más caro pero incomparablemente mejor y más cómodo. Como llevábamos dos días sin tocar el agua de una ducha y habíamos descansado poco y mal nos permitimos dejarnos 800 INR en aquel hotel en obras. La verdad es que mereció la pena, nunca antes habíamos estado en un hotel con habitaciones de aquel tamaño, entrábamos 15 sin problemas.






Por la mañana salimos a pasear otra vez, esta vez ya en la zona alta directamente, sin más escaleras que subir.

En el cielo nubes como para hartarte, ni una sola montaña en el horizonte!!!! cagon too!!!


Pilar de camino al templo

Darjeeling con luz parecía otra cosa, algo más interesante de lo que habíamos visto el día anterior. Paseamos por el area turística y nos acercamos al Mahakal Temple. Allí encontramos un pequeño altar a la diosa Kali. Era un templo compartido entre Hindús y Budistas. Y lo llevaba un monje Budista de 40 años de edad.


Estaba sentado en una esquina del templo, cubierto con ropas de color burdeos y mantenía los ojos cerrados mientras hacía sonar una campana moviendo un sonajero budista con la mano derecha, mano en la que portaba unos textos también budistas. De su boca salía un sonido parecido al que emite un Dijaridú, era un sonido con mucha vibración, un mantra embriagador que te hacía mirarlo y escucharlo himnotizado.

En un momento paró y nos miró, nos lanzó una sonrisa y nos acercamos. Nos preguntó de donde éramos y empezó a hablar de futbol. Decía que la selección española era su favorita, que le gustaba David Villa. De ahí pasó a hablar de cosas más interesantes y nos habló de la vida, de su vida y de todo en general. Le preguntamos como era la vida de un monje en un monasterio budista. Miró hacia arriba pensando la respuesta y contestó, "dura, muy dura para un joven que ve como los chavales de su edad se lo pasan bien mientras él tiene que estudiar y memorizar todos los textos sagrados durante los veinte mejores años de su vida, pero bien, es una vida bonita", y nos sonrió otra vez con una mirada llena de felicidad y paz.


En la cafetería de los pastelitos
de chocolate!!!!!!
Nos decía que la vida es un aprendizaje, que uno se vuelve viejo a nivel físico pero si el camino que sigue es el correcto el alma, el esíritu y uno mismo cada vez son más jóvenes.

Fue muy interesante poder hablar con él, nos despedimos de aquel monje contentos de haber compartido ese rato y nos volvimos de vuelta al hotel. Por el camino comimos unos momos callejeros que nos supieron a gloria, por el sabor y por el precio, una maravilla. Sólo 30 INR. En un restaurante te cuestan hasta 250 INR. No en uno  que frecuentemos nosotros ya que nunca pagamos por unos momos más de 100INR.
Al día siguiente fuimos a la oficina de turismo, allí nos guiaron en nuestra visita a Darjeeling.


Todos los tipos de te de Darjeeling



Los campos de te de Darjeeling!!
Primero nos dirigimos por un camino dirección al HMI, este es el museo de la montaña. Aquí no se nombra otra cosa que los alpinistas indios o los primeros europeos que subieron el Everest, Mallory y Hillari. Uno muerto en el intento 30 años antes que Hillari.

Para acceder al HMI hay que entrar obligatoriamente en el ZOO. Algo que ni a Pilar ni a mi nos gusta lo más mínimo. Eso de tener animales encerrados en jaulas no es bonito, es una crueldad. De camino al HMI pasamos delante de la zona de los osos panda rojos y del oso del himalaya. También por delante de la jaula del Chacal (completamente estresado que estaba).



El oso panda rojo, posiblemente el animal más  bonito que he visto en mi vida, super activo y juguetón.

Nos saltamos el resto de animales, tigres, leopardos, panteras, pájaros, yaks... allí había de todo un poco.

Cogimos un funicular de cinco kilómetros que en su primer tramo acojonaba bastante por la altura que tenía y llegamos a la factoría de té más importante de la zona donde pudimos hacer los dos solos una visita guiada con un tipillo bastante raro por dentro de las instalaciones y que nos explicó todo el proceso de la elaboración del té.
En el funicular, la altura en algunas zonas era de acojonar!



Tomamos un té para hacernos una idea de lo que nos hablaba y descubrimos porqué el té de Darjeeling es el mejor té del mundo, por qué esta región produce el 25% del té que se consume a nivel mundial. Hay que decir que solo por probar este té merece la pena venir a Darjeeling.

Nos encontramos de camino con dos chavales muy majos. Cuando llevábamos diez minutos hablando en inglés uno preguntó de donde éramos y resultó que ellos eran Colombianos. Nos reimos un montón y charlamos e intercambiamos información de viaje.




Otra vez con Rainer, justo antes de despedirnos

Al volver a la zona del hotel nos reencontramos con Rainer, el alemán con el que llegamos a Darjeeling y nos tomamos unas birras con él. Volvimos a comer unos momos en la calle y nos fuimos a dormir al hotel.

Esta mañana hemos desayunado en una cafetería con pasteles de chocolate y chocolate a la taza, algo parecido al cola cao. Y nos hemos cogido un taxi compartido hasta Saliguri, lugar en el que nos encontramos ahora dispuestos a coger el autobús que nos dejará en Calcuta mañana por la mañana.




La visita a Darjeeling ha sido diferente a lo que nos imaginábamos, pensábamos que era un paraiso, nos encontramos en un vertedero gris y feo y se convirtió en una isla entre las nubes de las montañas digno de visitar y con un té que corta la respiración. Estamos muy contentos de haber venido hasta aquí y esperamos volver en un tiempo no muy lejano para poder ver, sin nubes, la cantidad de ochomiles que dicen que aquí se ven.
Banderitas de colores por todo Nepal y Darjeeling

Mañana amaneceremos en Calcuta y pasado mañana estaremos rumbo a Tailandia en un avión de IndiGo.

Yujuuuuuuu, nos vamos a Tailandia!!!!! ;)


Namasté mere dost!!! ;)

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