sábado, 4 de enero de 2014

LAOS, VANG VIENG, UN PARAISO ENTRE MONTAÑAS

Otro ministro de vacatas por Laos
Cuando llegamos a Vang Vieng lo hicimos sin mucha gana ya que suponía llegar a la cuna del tubbing. Aquí llegan oleadas de autobuses llenas de guiris locos por emborracharse bajando el Mekong a lomos de un flotador de color naranja, amarillo o rojo. Aunque en su día nos dijeron que lo habían prohibido al llegar aquí descubrimos que seguía tan presente como el primer día y era este el lugar en el que pasaríamos el fin de año en Laos.

Nada más lejos de la realidad, Vang Vieng no sería ese lugar lleno de gente borracha, todo lo contrario.

Segunda moto que alquilamos, cada vez más ganas de hacer la vuelta en burra

A pesar de que hay mucho extranjero la gente va muy tranquila y aunque se hace tubbing si que es cierto que algo ha cambiado, al menos no se ve gente borracha saliendo del agua con un flotador en la mano, imagen un tanto ridícula cuando se ve desde fuera.
Todo Vang Vieng son puentes de bambú

Vang Vieng es un paraiso en toda regla. A penas dos calles paralelas ocupan el espacio de la ciudad y la posibilidad de alquilar una moto por tan solo 3 euros hace de este el lugar perfecto para descansar y bañarse en alguna de las lagunas o cuevas que existen en la zona.
Lo mejor de Vang Vieng son las montañas que lo rodean con sus cuevas enormes y sus campos de arroz

Matheo, Martin y Danna
Aquí coincidimos con Martin, Matheo y Danna, el matrimonio de Checos que conocimos en Huay Xai y con los que repetimos ciudad en Luang Prabang, Pakbeng, phonsavan y ahora aquí.

Con ellos pasamos los últimos segundos del año 2013 y los primeros del 2014 sobre un puente en medio del rio viendo los pocos petardos y cohetes que tiraban desde las orillas. Fue como poco extraño pero fue genial poder compartir esos momentos con esta gente ya que son una gente estupenda.



Superman papa, así lo llamaban los miembros de su familia y nosotros a los pocos minutos, un tipo super majo

Mención especial se merece el personaje de la foto, un hombre genial que cada vez que nos veía entrar o salir del Guest House nos invitaba a beber Vodka Laosiano, un licor de 40º que abrasaba al pasar por la garganta y que gracias a él y a otros dos rusos que viajaban en moto y que tenían un licor de 80º me hicieron salir de allí antes de las 12 con un pedal importante. Eso sin contar las birras que iban sacando a lo loco. Por cierto, para bajar el alcohol te ponían unos pececitos super pequeños que se comían como si fueran cortezas que sabían muchísimo a pescado y que no estaban muy buenos.


Blue Lagoon

Pilar y sus ojazos!!! a juego con el agua

Pasamos tanto tiempo en el agua
que ahora estamos costipados

En Vang Vieng y con la moto alquilada fuimos a ver unas cascadas secas, sin agua, que dejaban caer unas pocas gotas y encontramos casi por casualidad y en el último momento el "Blue Lagoon" una pequeña charca de aguas azules bajo una cueva impresionante con unas escaleras de las que si te caes te haces una avería importante. La cueva está genial, de ti depende lo que entres en ella, si quieres llegar al fondo depende de ti, ahora bien si te pasa algo posiblemente el rescate tarde más de lo que puedas esperar.



Anda que no es divertida la cámara de agua, que gran compra y barata

Disparo de foto a lo loco bajo el agua

Los techos de la cueva ya se habían venido abajo en algún momento y la parte más baja estaba cubierta de piedras enormes. En el techo, humedad y mucha altura.
La cueva era una pasada

Al bajar a la laguna nos pegamos un baño practicamente solos y rodeados de peces de colores amarillos y verdes bajo un árbol enorme que portaba unas cuerdas de las que poder hacer el cabra.

Otra de las muchas cascadas
Al día siguiente, el primer día del año, volvimos a la laguna a volver a bañarnos. Y terminamos en otra cueva más baja de altura pero más profunda y más oscura que la anterior en compañía de una niña que con voz de la "niña de la curva" nos decía "Take care". Daba ella más miedo que la cueva. Por cierto los insectos que había en el interior eran enormes, había unos que eran muy rápidos parecidos a cucarachas con antenas muy largas que se movían de lado a lado que acojonaron a Pilar un buen rato. En la entrada de la cueva una poza pequeña de agua caliente y en el interior de la cueva calor y mucha mucha humedad que hacía empañar las lentes de la cámara y las gafas de Pilar.



En un bosque de plataneros


Al día siguiente cogimos el autobús dirección a la capital, donde ahora estamos, en Viantiane. Una ciudad de la que poco se puede contar ya que no hay mucho que hacer a parte de pasear por las orillas del Mekong.

Mañana saldremso de mañana hacia Kalu Cave, la que dicen es la mejor cueva de todo Laos. Se encuentra a 7 horas de Viantiane y al llegar estaremos ya camino del sur de este maravilloso pais.


Vang Vieng ha sido la vuelta a las temperaturas tropicales y a los paisajes hermosos

Saludos a todos, Namasté mere dost!!!!! ;)
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